JEREMY Y YOLANDA (35)
Carla desayunaba sin mirar a su padre, intuía que por el rabillo del ojo la observaba. El hombre no estaba muy contento con ella, pero trataba de parecer lo más normal posible.
Cuando todos acabaron el desayuno Eva empezó a recoger la mesa.
Jeremy se levantó también dispuesto a hacer lo mismo.
-En un plis plas todo está recogido y nos vamos -dijo Eva.
Carla se levantó también dispuesta a ayudar pero la mujer se negó en redondo. Entonces optó por sentarse en un sillón, observando que en la mesita de centro habían revistas rosa. Así que alargó sus manos y cogió una dispuesta a ojearla.
Su padre hablaba con el dueño de la casa, su amigo de juventud.
Ambos estaban encantados de estar juntos y disfrutar unos días de descanso. Iniciaron una conversación que cómo no les llevó a tiempos pasados.
Mientras tanto en la cocina, Eva intentaba sonsacar a su hijo preguntándole muy flojito y a puerta cerrada.
Autora Verónica O.M.
Continuará
Carla desayunaba sin mirar a su padre, intuía que por el rabillo del ojo la observaba. El hombre no estaba muy contento con ella, pero trataba de parecer lo más normal posible.
Cuando todos acabaron el desayuno Eva empezó a recoger la mesa.
Jeremy se levantó también dispuesto a hacer lo mismo.
-En un plis plas todo está recogido y nos vamos -dijo Eva.
Carla se levantó también dispuesta a ayudar pero la mujer se negó en redondo. Entonces optó por sentarse en un sillón, observando que en la mesita de centro habían revistas rosa. Así que alargó sus manos y cogió una dispuesta a ojearla.
Su padre hablaba con el dueño de la casa, su amigo de juventud.
Ambos estaban encantados de estar juntos y disfrutar unos días de descanso. Iniciaron una conversación que cómo no les llevó a tiempos pasados.
Mientras tanto en la cocina, Eva intentaba sonsacar a su hijo preguntándole muy flojito y a puerta cerrada.
Autora Verónica O.M.
Continuará