jueves, 2 de diciembre de 2021

Clara capítulo n° 11

 Clara cerró la puerta. 
Intuía que aquella vecina hablaría mal de ella.
Y no se equivocaba. 

La mujer sin perder el tiempo llamó al timbre de otra vecina tan cotilla como ella. 

La otra abrió enseguida...
-Qué me vienes a contar - dijo. Sus ojillos maliciosos se alegraron porque sabía que la otra le traía noticias frescas.

-Me he tropezado con la del segundo, ya sabes... la nueva y no veas que pintas de dejada. Me huelo que a esta le ha pasado algo bien gordo.

La otra escuchaba y sus ojillos de tenerlos tan fijos y sin apenas parpadear le escocían a rabiar. Cuando cerrase la puerta se echaría unas gotitas de lágrimas artificiales. 

Se echaron unas risas y se despidieron hasta las cinco de la tarde. 
Irían a tomar un café y a seguir  dándole a la lengua de ella o de cualquier otra. 
Verónica O.M. 
Continuará 

sábado, 27 de noviembre de 2021

Clara capítulo n°10

 Se puso ropa cómoda y se echó en el sofá. Estuvo tan solo unos instantes y al acordarse que tenía que comprar las cervezas y cuchillas de su marido. Debía ir... si no quería que Manolo al final se enfadase. 

Se vistió nuevamente y aquella vez no hizo la mejor selección. Unos vaqueros acampanados y no del todo nuevos y una camiseta cortita y de color blanco... y que una vez en la calle se dió cuenta que tenía una mancha de aceite encima del pecho derecho. 

Siguió caminando y así de esta guisa entró en el supermercado. 

Nunca lo habría hecho. 
Pero se entiende que dadas las circunstancias no estaba para finuras.

No cruzó palabra con nadie y fue derechita a coger lo que necesitaba, poco, en el bingo se había gastado casi todo cuanto había sacado del Banco por la mañana.

 Cogió las cervezas, las cuchillas y una barra de pan para la cena. Pagó en caja y marchó. 

Al día siguiente debería ir nuevamente al Banco y ojalá Manolo no se diese cuenta de haber sacado dos días seguidos.

Ojalá... 

Ahora sí se tropezó con una vecina en la portería y a punto de subir en el ascensor. 

No le quedó más remedio que poner buena cara. 

La mujer la miraba disimuladamente y estaba sorprendida de que tan presumidilla como era vistiera de esa forma. Y si, cómo no...  se dió cuenta de la mancha que lucía y que  ni siquiera trató de esconder. 
Verónica O.M. 
Continuará

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Clara capítulo n°9

 Ando algo desmotivada y mira que soy positiva, pero...

Continúo.

El hombre de forma socarrona le dijo estas palabras: - Bueno, guapa, nos lo hemos pasado de miedo y si quieres repetir... me encontrarás aquí todas las mañanas y de lunes a viernes. - Y guiñándole su ojo izquierdo la dejó plantada en la acera y totalmente desorientada.

Andó unos pasos y se sentó en el primer banco que encontró en aquella calle. Al no llevar la parte de abajo de su ropa interior se sintió molesta y estiró del vestido... todavía no tenía plena conciencia de lo que aquel mal nacido le había hecho. Y estuvo sentada largo rato... hasta que se levantó y se dirigió hacia el metro e hizo el viaje de vuelta aferrada a la barra vertical, mareada y con la boca totalmente seca. 

Llegar a su hogar se le hizo eterno y ojalá no se cruzase con nadie por la portería o ascensor. Y no, no se tropezó con nadie. Abrió su puerta y se dirigió rápidamente al baño... a lavarse las manos, el rostro y mirarse en el espejo en el que apenas se reconoció. El bolso se le había caído al suelo, lo recogió y sacó aquella prenda que le parecía tan bonita y que ahora le causaba repugnancia y la tiró al cubo de la basura y la colocó estratégicamente debajo para que no se viese... 

Ya desnuda. Se duchó y frotó cada parte de su cuerpo, como si el gel no fuera suficiente para quitarle aquella suciedad que se le antojaba no poderse sacar.

 Y si, Clara quedó muy tocada.

Verónica O.M. 

Continuará 

domingo, 7 de noviembre de 2021

Clara capítulo n°8

 Por el sonido apreció haber recibido un watsapp en el móvil. Lo miró y contestó rápidamente con un dedito para arriba y lo volvió a guardar en el bolsillo del pantalón.

No era otra que la camarera del bingo. Ella le hacía trabajos sucios, claro está que por dinero. Y Clara había sido la víctima... al igual que tantas otras y desde hacía tiempo.

La camarera les suministraba una cantidad justa de droga en la bebida, la suficiente para que no tuvieran voluntad y así el sinvergüenza poder aprovecharse de ellas. 
Con todas era el mismo proceso y siempre por las mañanas. El que salieran sin bragas tenía su sentido... que al volver a la normalidad se sintieran humilladas.
Por regla general nunca repetía con la misma dos veces... ellas jamás volvían. Y con Clara no fué diferente. 
Autora Verónica O.M. 
Continuará 

viernes, 5 de noviembre de 2021

Clara capítulo n°7

 Al asomar la cabeza... el hombre se la encontró intentando limpiar de sus ojos el desastre que habían ocasionado las lágrimas con el rimmel de las pestañas.

-Te puedo ayudar en algo?  - dijo queriendo parecer una buena persona.

-No creo. - contestó ella. - Son cosas mías.

-Todo tiene solución y yo te podría ayudar si tú quieres.

-A cambio de qué?

El hombre no esperaba que ella fuera tan directa, quizás se había precipitado en suponer...

-Mujer, visto así. Y no sé lo que estarías dispuesta a darme a cambio.

El hombre entró  y cerró la puerta. Y argumentó de que podría venir cualquiera y verlo asomado en el aseo de señoras. Se metió en un baño y la incitó a que ella hiciera lo mismo.

Y oh, Dios, el chasquido del cerrojo se escuchó. Y al momento la estaba manoseado y ella como en una nube a nada dijo no...

-Ahora saldré yo y dentro de un par de minutos sales tú y vas otra vez a la mesa, pagaré yo todo y te pido que salgas sin bragas y las metes en el bolso. Qué dices?

-Si.

Y dicho y hecho. Y allí se pasaron un buen rato y ella de vez en cuando se estiraba el vestido por si se le veía algo.

Después salieron del bingo juntos y ahora qué os preguntaréis?

Tendré que seguir pensando... 

Verónica O.M. 

domingo, 31 de octubre de 2021

Clara capítulo n°6

 Desde otra mesa un hombre la miraba... y nerviosa como estaba no reparó en él.  

Y deseaba que el juego empezase y no paraba de mirar los números plasmados en los cartones. Parecía como si los quisiera memorizar. 

Al momento ya empezaron a cantar los números. Se le antojó iban muy rápido y se preocupó por si algún número se le podía pasar. 

Pero no... 

Tachó algunas casillas pero no consiguió completar ni una sola línea. 

Pidió más cartones y otro gin tonic y presta a esperar comenzase de nuevo. 

Y al rato ya había perdido una cantidad considerable de dinero y su rostro reflejaba decepción. Se levantó de la mesa y dirigió sus pasos a los aseos. 

El hombre se levantó también e hizo lo mismo. 

Clara se encontró la puerta semiabierta, entró y la dejó tal cual. 

Para ir al de caballeros el hombre echó un ojo al de señoras. Lo hizo de forma rápida y la pudo ver mirándose en el espejo y se le antojó qué aunque maquillada no tenía buena cara. 

Desde el otro lado del tabique la pudo escuchar sollozar. Y cómo no... intentaría aprovecharse. 

Al parecer a aquellas horas de la mañana no activaban la cámara de vigilancia. 

Autora Verónica O.M. 

sábado, 23 de octubre de 2021

Clara capítulo n.°5

 Parecía dormida y Manolo no quiso despertarla.
Al rato y ya duchado cerró la puerta intentando hacer el mínimo ruido. 

Clara no dormía, no, se quedó un rato más en la cama e imaginando lo que haría nada más levantarse. 
Hacer la cama, ducharse y desayunar antes de ir al banco y con toda probabilidad coger el metro y volver al bingo.

 La muy ilusa pensó que aquella mañana le iría bien. 

-Ay Clara, que hoy es tu día. - lo dijo en voz alta y sonrisa imbecil. 

Ya en la calle fué derechita al banco y en el cajero sacó lo que supuso gastaría en una semana. Y cómo no... derechita al metro. 

Aquella vez ni se fijó si la miraban o no y tampoco ella miró a nadie en concreto, iba a lo suyo y con impaciencia por llegar. 
Tan solo quedaba una parada para bajar y pensó que se le estaba haciendo eterno. Y por fin el metro paró, se bajó y subió por la escaleras a toda prisa. 
Al rato ya estaba en la mesa con sus cartones y saboreando un gin tonic. 
Verónica O.M. 

miércoles, 20 de octubre de 2021

Clara capítulo n°4

 No tenía borrador de este capítulo y tendré que improvisar. Proseguimos...


Clara llegó a casa defraudada al no haber conseguido ni una simple línea en el bingo. Recordaba haber escuchado por ahí... que los novatos solían ganar o quizás daban suerte a otros cuando los acompañaban. No estaba segura de sí lo uno u otro. 
Entre que hizo algo a espaldas de Manolo y perder se le quedó una cara del asco más absoluto.

Recogió el piso y fregó el suelo. 
Se echó en el sofá a ver la tele. Se puso de peor humor al ver como en el programa levantaban la voz con los insultos que se prodigaban, la apagó y cerró los ojos. 
Allí se quedó largo rato y hasta que Manolo dió dos vueltas de llave en la cerradura de entrada. 

-Ya ha llegado el hombre de la casa.

Ella saltó del sofá y se la encontró colocándo bien los vistosos cojínes.

Vino hacia ella y le plantó un beso en los labios y un suave pellizco en el trasero. 

-Ay Manolo, cómo eres...

-Un macho ibérico y para tí sola.

Ella hizo un intento de sonrisa y solo consiguió un feo gesto. 

-Has ido al hospital?

-Si, Manolo, dentro de un mes volveré a buscar los resultados.
Me fué fácil llegar. 

-Claro, es señal de que te lo expliqué muy bien. - El si que sonrió y lo hizo de una forma que pareció hasta guapo.

-Has comprado las cuchillas y las cervezas?

-Se me olvidó... mañana sin falta, cariñín.

El pensó que después de una larga jornada lo que menos le apetecía era discutir por simplezas como esas. 

-Voy a ducharme, Clara, no tardes en preparar la cena que llego reventado.
Autora Verónica O.M.
Continuará 

sábado, 16 de octubre de 2021

Problemas

 Os explico: El último capítulo de Clara me ha desaparecido del blog. 
Es una novela que viene de otra y con ese afán de querer mejorar los escritos. 
Los primeros capítulos no eran tal cual los escribí en su día, pero si el último, al considerar que me gustaba tal y como estaba, copié, pegué y publiqué de nuevo. Cual fué mi sorpresa al darme cuenta de que lo habían eliminado. 
Y por si no fuera suficiente... sin querer eliminé el penúltimo. Me hubiera dado de hostias 😭😭😭 pero ante lo hecho, nada se puede hacer. Y los debo escribir de nuevo y será cuando se me pase el cabreo. 
Qué paséis un buen fin de semana ❤️❤️❤️❤️❤️

sábado, 2 de octubre de 2021

Clara capítulo n°3

 A la media hora, Clara ya salía por la puerta del Hospital. Al cabo de un mes debería volver a recoger los resultados. Si algo no estuviese bien se pondrían en contacto con ella por teléfono. 

Y se dispuso a volver, no a tomar el metro y volver a su hogar, no, no tenía ninguna intención de hacerlo todavía.

No tardó demasiado en estar delante del bingo. Sabía que a Manolo aquello no le gustaría, pero se dijo que él no tenía porqué enterarse.  Y miró en todas las direcciones por si acaso...

Con las piernas temblorosas subió los tres peldaños y entró. 
Allí mismo entregó su D.N.I y tomaron sus datos. 

Y se dirigió a la sala, allí mayoritariamente había mujeres, algún hombre también de esos que peinaban canas. 
Las mujeres se las tapaban con tintes varios. Al parecer a aquellas horas había much@ desocupad@.

Al momento llegó una camarera. - Qué tomará? 

-Un gin tonic. - Al pedirlo notó su boca seca y pensó que debido a los nervios de estar haciendo algo que Manolo no aprobaría. 

La camarera le sirvió lo pedido y otra señorita se acercó con los cartones. 
Cantaron alguna línea y bingo y el ambiente se iba caldeando y a ella solo le tocó que pagar y quedarse sin dinero.

 Para la vuelta disponía del bono, qué si no... 
Autora Verónica O.M. 
Continuará 

viernes, 17 de septiembre de 2021

Clara capítulo n°2

 La calle era amplia y al parecer la habían limpiado hacía poco y lucía bonita y con un sol esplendoroso. Le pareció una belleza en la que caminar por ella era un puro disfrute. 

Ya quedaba poco por llegar al número que buscaba.

Llamó su atención un rótulo rojo y luminoso... era un bingo. 
Siempre quiso ir a uno,  pero Manolo no era muy dado a ese tipo de distracciones y se quedó con las ganas. 

Siguió caminando y a la par echando el ojo a los escaparates y pensó que vendría por allí a menudo. Allí encontraría desde zapatos y bolsos, prendas de vestir, lencería y un sinfín de cosas para el hogar. 

Se paró en el número 332 y entró. A una enfermera con la que se cruzó le preguntó dónde estaba ginecología. 

La enfermera muy atenta le indicó que bajase por las escaleras mecánicas al sótano y en la ventanilla entregase el volante. 

Y así lo hizo. 
Se sentó en una especie de banco de respaldo corto y pensando que tardarían en llamarla. Se dedicó a hurgar en el bolso e inspeccionar cuanto dinero llevaba encima.  Ya bailaba en su mente el gusanillo binguero. 

Y sumida en sus pensamientos no escuchó cuando otra enfermera la llamó por su nombre. 
-Clara S... 

No contestó. 

La enfermera la llamó nuevamente. 
-Clara S... 

Y ahora si se levantó. 
-Lo siento, estaba distraída. 

La enfermera la miró y sonrió sin ganas. No le caían nada bien este tipo de mujeres, presumidas y despistadas.  

A los pocos segundos ya estaba dentro de la consulta y cerró la puerta. 
La ginecóloga levantó la vista por encima de sus gafas y le pidió que tomara asiento. 
Autora Verónica O.M. 
Continuará 

martes, 7 de septiembre de 2021

❤️Otra novela ❤️

 Nueva novela que viene de otra anterior y con algunos cambios.

El porqué de los cambios? 

Siempre intento quede lo mejor posible... 

Y después de la explicación llega la novela y hasta el título se verá algo modificado. 

Deseo guste a quien la siga. 

Mil gracias 👋👋👋

Clara capítulo n°1

 Esta mañana, Clara se ha levantado antes de lo habitual. 
Desayuna deprisa sus tostadas con mantequilla y un zumo de naranja natural. 

Antes de salir se duchará y maquillará y escogerá un vestuario apropiado para la ocasión. 

Al rato y con el bolso colgado sale y cierra la puerta. 

Deberá andar un poco antes de llegar al Metro y que la llevará al otro extremo de la ciudad. 

No tarda mucho en la espera y al entrar se agarra a la barra porque los asientos están cogidos. Algunos humanos del sexo masculino la miran baboseando y algunas mujeres por el rabillo del ojo lo hacen con cierta envidia. 

Clara, es bonita y tiene un cuerpo proporcionado, a ella eso la llena de orgullo y peca de ser algo engreída. 

A la quinta parada se baja y se dirige hacia las escaleras, sube peldaño a peldaño mientras por las mecánicas van abarrotadas.

Una vez en la calle deberá situarse y coger el camino que Manolo, su marido le indicó, cruzar dos calles y todo recto. Ahora solo le queda encontrar el número que busca y va pensando que no acertó en la elección de los zapatos porque le duelen los pies. 
Autora Verónica O.M.

Continuará... 

jueves, 12 de agosto de 2021

Adolescencia capítulo n°61 y 62 final

 JEREMY Y YOLANDA 61


María e Israel se despidieron a eso de las cinco de la tarde. Se marchaban para dejar a solas a los enamorados. Tenían tantas cosas que decirse...

La abuela los despidió sonriente. 
-Aquí tenéis vuestra casa, cuando os apetezca ya sabéis.

Al acercarse para besarla un olor muy fresco inundó sus olfatos. 

Besaron a Yolanda también, la carita de ella se entristeció. Pero solo fue unos segundos. Después sus ojos se iluminaron mirando a su enamorado. El amor de su vida y por el que tanto había llorado en los últimos tiempos.

La parejita de amigos se marchó.

La abuela muy discretamente también, dejándolos solos. Tenía que fregar los platos. 
Cerró la puerta de la cocina. Quería dejarlos con libertad, para besarse y para llorar si fuera necesario. 

Sus manos se enlazaron, acercaron sus cuerpos sin atreverse a romper aquel  mágico instante.

Fue Jeremy quien lo deshizo. 
-Mi amor, cuanto he deseado besarte, apretarte, adorarte.

-Jeremy te quiero. 
-Lo dijo con un hilo de voz, semejante a aquel otro de su infancia.

Se besaron, recreándose y saboreando sus labios. Parecían dos hambrientos de amor.

-Nos casaremos, Yolanda. Tendremos al bebé que va a llegar de nuestra pasión y amor. 

Ella sonrió, pero unas lágrimas se le escaparon sin querer.

-Mi pequeña, mi amor. Te quiero más de lo que sabría explicarte.
La besó y compartieron aquellas lágrimas, al dejar el rostro de Jeremy humedecido con ellas.
Autora Verónica O.M.
Continuará

JEREMY Y YOLANDA 62 FINAL

-Yolanda demos un paseo. Tenemos que hablar.

-Está bien, Jeremy.
Yolanda fue hacia la cocina, su puerta permanecía cerrada. Escuchó como trajinaba en ella su abuela. 

-Abuela ¿puedo entrar?

-Claro que puedes, Yoli, pasa. La abuela la miró a los ojos y aquellos brillaban de forma espectacular.

-Vamos a salir a dar un paseo. ¿Necesitas algo?

-Nada, no necesito nada. Hace una tarde preciosa.

-Te quiero, abuela. 
La besó en la mejilla apenas arrugada. La anciana se sintió querida y pensó lo agradecida que le estaba a la vida. Tenía una nieta preciosa que le traería a su primer biznieto.
Aquello era todo un acontecimiento que  no todos lo vivían.

Salieron a la calle cogidos de la mano.

-Jeremy ¿tus padres me aceptarán? ¿Aceptarán al bebé ? 

-No te preocupes por ellos, seguro lo harán, es más no tengo ninguna duda. Serás para ellos una hija más.

-¿Estás seguro?

-Lo estoy.

Sus manos se apretaron más fuerte. Les quedaba toda una vida por descubrir y disfrutar.
FIN
Autora Verónica O.M.

Deseo os haya gustado. 


Y muchas gracias a quienes la habéis seguido. Y con toda probabilidad habrá una segunda parte. La parejita tendrá muchas cosas que contar.

Qué os parece?

Este blog hará un descanso vacacional hasta Septiembre.
Hay otros blogs en los que iré alternando publicaciones. En relatos de Verónica continuaré con Otros tiempos (novela)

Mil gracias y buenas vacaciones para tod@s y a ser responsables, el virus sigue estando... 

miércoles, 11 de agosto de 2021

Adolescencia capítulo n°59 y 60

 JEREMY Y YOLANDA 59


La abuela escuchó abrir la puerta. Oyó las voces de los amigos de su nieta. Le llamó la atención escuchar dos voces masculinas. Yolanda la avisó de que vendrían una parejita, pero no más.
Se secó las manos en el delantal y salió al encuentro.
Y sí, habían dos chicos, y una chica muy bonita de la edad de su nieta, más o menos...

-Os voy a presentar a mi querida abuela.

Los miró con sus ojillos sabios. No se le escapó que su nieta estaba mucho más contenta de lo habitual.
¿Sería Jeremy alguno de aquellos mozos? No iba nada desencaminada. La sabiduría de los años...

-Abuela, esta es María, de la que tanto te he hablado.

María adelantó unos pasos y besó a la mujer. Olía a fresco. Había escuchado que los viejos huelen a rancio. Pero aquella señora rompía esas reglas.
La besó en ambas mejillas. Y la mujer sonrió.

Les llegó el turno a ellos. Primero presentó  a Israel. Quería serenarse antes de presentarle a...
-Este es Israel, un buen amigo y novio de María.

-¿Como estás, chico? -Preguntó la mujer.

-Muy bien, señora. ¿Y usted?

-Divinamente, muchas gracias.

Ahora si, le llegó su turno. 
-Es Jeremy, abuela.

-Qué bien que viniste. Estoy muy contenta por ambos. Sentaos.
Todos se dirigieron al sofá, era antiguo pero brillaba de puro limpio.

El ambiente olía a comida recién preparada. Si de algo se vanagloriaba la anciana, era de saber cocinar entre otras muchas cosas.
Autora Verónica O.M.
Continuará 

JEREMY Y YOLANDA 60

El aperitivo se componía de  patatas fritas, olivas rellenas de anchoa, ganchitos, mejillones, tacos de jamón, espárragos con mayonesa y rebanadas de pan de pueblo, untado con tomate maduro y aderezado con un exquisito aceite de oliva virgen y una pizquita de sal. Y para beber un vermut riquísimo y bajo en alcohol.
Y la comida, una gran tortilla de patatas y dos pollos rustidos que sabían a gloria y para beber puso en la mesa diversas bebidas. 
-¿Queréis más? -Preguntó la mujer muy solícita.

Todos dijeron que no con la cabeza. Comieron con gran apetito. Después la ayudaron a recoger la mesa y depositaron los cacharros en la gran fregadera. La mujer los cubrió con agua.

-Abuela, nosotros fregamos.

-Ni hablar. Lo haré más tarde. Ahora vamos a dialogar.

La miraron no entendiendo demasiado bien, pero...

Volvieron a la mesa y la abuela tomó la palabra.
-Bien. Creo, no es muy habitual, que una abuela en estos casos lleve la voz cantante. Eso es tarea de los padres, pero se me ha dado ese permiso. Ya veo que las dos parejitas sois amigos y es como si estuviéramos en familia.

Los cuatro se miraron entre sí y después a la abuela, que en aquellos momentos parecía una persona muy importante. Lo era, pero todos me entienden por dónde voy.

-Os queréis, sólo basta con miraros.

Su nieta se ruborizó y Jeremy se sobresaltó un poco. Para nada esperaban que fuera tan directa.

-Si, abuela. Lo quiero desde niña.

-La quiero más que a mi propia vida. 
Lo dijo en tono alto y claro, pero temblándole un poco la voz.

María e Israel sonreían. Estaban muy contentos de que sus amigos estuvieran ya juntos y que los malentendidos se hubiesen aclarado.

-¿Sabes que mi nieta va a ser madre?

-Lo se.

-Sois muy jóvenes. Quizá más adelante cambiéis de forma de pensar.

Jeremy saltó como un resorte. 
-Jamás dejaré de quererla. Nuestro amor es sólido. Hace muchos años que lo sentimos.

-¿Qué dices, Yolanda?

-Nos queremos desde siempre y jamás será de otra forma.

-Tenéis mi bendición y la de tus padres. 
Lo dijo mirando a su nieta. 
-¿Y tus padres, que piensan de todo esto?

-No saben nada. Pero hoy hablaré con ellos.

-En mi cuenta del banco tengo algunos ahorros. Una vieja no gasta demasiado, así que los pondré a vuestra disposición para que tengáis un buen comienzo.

A Yolanda se le saltaron las lágrimas. Se levantó de la mesa y pasó por detrás de la silla en la que la mujer estaba sentada. La rodeó con sus brazos y a continuación la besó en el pelo.

Los demás se sintieron emocionados al presenciar una escena tan tierna.
Autora Verónica O.M.
Continuará

Solo queda una entrega.
Deseo os guste y me comentéis que os pareció,  mil gracias 🌷🌷🌷

lunes, 9 de agosto de 2021

Adolescencia capítulo n°57 y 58

 Capítulo 57

Desde su escondrijo Jeremy no perdía detalle.
Había pactado con sus amigos (mutuos) entretenerla en la puerta y el máximo tiempo posible.

-Entremos... Mi abuela espera dentro.

El cruce de miradas entre ellos le pasó inadvertido.

Fue María quien tomó las riendas de aquella situación un tanto extraña. Todo para que arreglasen lo que les estaba haciendo sufrir.
-Si no te importa, antes desearíamos hablar contigo. Después entraremos encantados.

Yolanda asomó la cabeza por la puerta de la casa. 
-Abuela, vamos a dar una vuelta. Luego entramos.

-Está bien, Yoli.

Con un suave portazo cerró la puerta.

La abuela los observó durante un rato desde una de las ventanas. 
-¡Estos jóvenes! 
-Sonrió acordándose de cuando ella también lo fué . 
-El tiempo pasa tan rápido. 
una lágrima cayó por su mejilla yendo a parar a la comisura de sus labios.
Autora Verónica O.M.
Continuará 

Capítulo 58

María muy sutilmente llevaba a su amiga hacia dónde estaba Jeremy, él permanecía escondido detrás de una furgoneta que había aparcada a pocos metros.
Yolanda se topó de lleno con sus ojos y que la miraban con una mezcla de amor y desesperación.

-¿Qué hace aquí? - preguntó a sus amigos pareciendo enfadada. Interiormente sintió un vuelco en su lastimado corazón.

Dejándose llevar por un impulso, Jeremy se arrodilló a sus pies.
-Te quiero, Yolanda. Tanto que voy a morir de amor.

-¡Ya será menos! 
-Dijo ella con un nudo en la garganta y acordándose de todo lo que había y estaba sufriendo.

Sus amigos se miraron. Sabían lo que debían hacer en aquellos momentos. Se alejaron de allí  y a una distancia prudencial los observaban por si los necesitaban. No querían molestarles, y si, que arreglasen aquel malentendido que les estaba haciendo tanto daño.

Yolanda se puso a llorar muy nerviosa.
-Me has hecho mucho daño y más sabiendo cuánto te quería.

-¿Querías? ¿ya no me quieres?

-¿Como me puedes preguntar eso? ¿Acaso no te he demostrado lo que siempre he sentido por ti?

-Mi querida, Yolanda. Te amo tanto, que no se vivir sin ti.

-¿Y la otra? ¿Ya no estás con ella?

-Nunca lo he estado mi amor. Déjame que te explique. No quiero vivir ni un solo momento sin ti.

-¡Explícate! 
-lo dijo en un tono alto y a punto de perder los nervios de nuevo. 

-Era una invitada de mis padres, ella y su padre. Me acosaba constantemente, nunca quise ni tuve nada que ver con ella. ¿Me crees?

A Yolanda, unos enormes lagrimones le resbalaron por el rostro y apartó con las palmas de las manos.

Jeremy la abarcó con sus brazos. Ella depositó su cara en su hombro humedeciéndole la camisa.

Los amigos sonrieron. Habían hecho todo lo posible para que ellos estuvieran juntos. 

-¡Bien! -Dijo Israel.

-Tóma ya! Ahora fué María. 

Los tortolitos se estaban dando un beso de película y sin importarles si alguien los veía.

Cuando se calmasen entrarían en la casa. 

La abuela preparaba tranquilamente la comida.
Autora Verónica O.M

Esta novela finalizará en el capítulo n° 62.


Mis escritos son variopintos pero siento gran fascinación por las novelas y las suelo publicar por capítulos. Soy consciente que a la mayoría no gusta seguir un escrito tan largo pero... 
Gracias a quien no tiene inconveniente en leerme y respetar mi forma. 
Mil gracias 😁

jueves, 5 de agosto de 2021

Adolescencia capítulo n°55 y 56

JEREMY Y YOLANDA 55

Escuchó a su abuela trajinar en la cocina. Se levantó de la cama y encima de su pijama veraniego se puso una bata de manga corta y de un tono malva. 

-Buenos días, abuela, deja que te ayude.

-No es necesario, Yoli. Siéntate que te sirva el desayuno.

-Te quiero mucho, abuela. -La abrazó rodeándola con sus brazos.

La mujer estaba que no cogía en su piel al tener a su lado a su querida nieta, tan bonita y cariñosa. Era más de lo que pudo soñar. 
-Tunanta, yo también te quiero y no sabes cuánto...

Desayunaron, un café con leche y unas magdalenas caseras que la abuela había preparado el día anterior.

-Pediré hora para que te visite la comadrona del pueblo. Ya va siendo hora de que lleves un control.

Los ojos de Yolanda se entristecieron, pero sólo unos segundos. Pensó, que su abuela no tenía ninguna culpa de lo que a ella le sucedía. Era culpa del amor. Aquel que sentía por su amigo de la infancia, su adorado Jeremy, por el que lloraba todas las noches.

La semana paso rápidamente. Se ilusionó pensando que María vendría a visitarla. Quizás su novio Israel viniese también.
Autora Verónica O.M.
Continuará

JEREMY Y YOLANDA 56

Llegó el ansiado domingo y Yolanda se levantó temprano. Con los nervios de volver a ver a María apenas pudo pegar ojo. Su amiga la llamó el día anterior confirmando de que vendría también Israel.
Interiormente se alegró por ellos. Pero también se entristeció por ella misma. Era tan desgraciada sin el amor de su chico. Con el que había pensado algún día formar una hermosa familia.

Se duchó  y vistió muy mona. Su tejano favorito con un top de colores muy vistosos y que a su rostro daban vivacidad.
El maquillaje apenas perceptible (nude) y estaba guapísima. 
El mes siguiente cumpliría los diecisiete.

Después fue en busca de su abuela y la encontró preparando un suculento desayuno para las dos.

Desayunaron y hablaron de cosas triviales pero que llenaron el tiempo de forma agradable.

Sobre las once de la mañana sonó el timbre de la puerta.

-Abuela, abro yo.

Y al abrirla se encontró a María e Israel con sus amplias sonrisas. Se abrazaron los tres a la vez y muy contentos de estar nuevamente juntos.

Mientras tanto alguien observaba no lejos de allí y su corazón golpeaba fuertemente en  el pecho. 
Autora Verónica O.M.
Continuará 

miércoles, 4 de agosto de 2021

Adolescencia capítulo n°53 y 54

 No hizo falta decir absolutamente nada. La abuela ya estaba enterada de lo que debía saber.

La velada la pasaron en armonía. 

Los padres se marcharon sobre las ocho de la tarde. No sin antes abrazar y aconsejar a su hija de lo que tenía o no que hacer dado su estado.
Yolanda quedaba al cuidado de la abuela. Ella no permitiría que nada le sucediese.

A mitad de semana...
Jeremy llamó por teléfono a María. Estaba preocupado por Yolanda. Hacía días no tenía noticias de ella.

María no sabía si informarle o no. Su amiga la mataría (es una forma de hablar) si ella era imprudente.

-María. Tú debes saber dónde está.

-No lo sé, Jeremy.

-Lo sabes. No intentes engañarme. A mi no... Por favor, María. Estoy desesperado.

-Lo siento, Jeremy. No puedo decirte nada. Me lo hizo prometer. 
A María no le pasó desapercibida su emoción. Al parecer lloraba.
A ella le sabía muy mal. Pero nada podía hacer para consolarlo.

-Iré a su casa. Sus padres me lo tendrán que decir. Así no puedo seguir.

-No lo hagas, Jeremy. No serás bien recibido.

-¿Porqué, María? Nunca les hice ningún mal.

-Está embarazada. Nunca me perdonará por decírtelo.

Antes de asimilar aquella noticia inesperada...

Quiero verla. Necesito verla. Dime o llévame junto a ella.

-El domingo, Israel y yo iremos a visitarla. Intentaré hablarle de ti.


Y así quedaron. Pero una idea le estaba rondando en su cabezita.
Autora Verónica O.M.
Continuará


JEREMY Y YOLANDA 54


A pesar de estar triste a Yolanda le vino muy bien aquel cambio. Su abuela la agasajaba continuamente y no la dejaba pensar demasiado. Contaba cosas maravillosas de cuando era joven. Podía estarse horas escuchándola sin aburrirse. 

La mujer estaba encantada con su compañía. Pero temía que su estancia allí no fuera  por largo tiempo.
Algo la avisaba. ¿O sería por la preocupación de que su pequeña marchase?

Yolanda permanecía en la cama. Era muy temprano y no quiso levantarse para no despertar a su abuela. Sabía que tenía el sueño muy ligero.
Miró hacia el techo. Todo su alrededor estaba enmarcado por una antigua y bellísima cornisa pintada de blanco.
Pensó que aquella era la causa de que la habitación pareciese tan bonita. También por los rayos del sol que se filtraban por las rendijas de la persiana.

Su pensamiento de repente tomó otro derrotero.

-Jeremy, mi amor, ya no me quieres y eso me hace muy desgraciada. 

Y en otro lugar y habitación. El chico por ella suspiraba.
Pensó muchas veces en lo que le había contado María. ¿Yolanda embarazada? ¿Iba él a ser padre? ¿Porqué ella no se lo dijo? ¿Porqué se marchó? ?A dónde se fue? ¿Sus padres qué pensarían de él? ¿De ella? 
Autora Verónica O.M.
Continuará

martes, 3 de agosto de 2021

Adolescencia capítulo n°51 y 52


JEREMY Y YOLANDA 51

Desayunaron con cierta normalidad.
Después la madre recogió la mesa. Yolanda iba a levantarse para ayudar a su madre pero su padre la detuvo.

-Quédate, Yoli. Tu madre se sobra y basta para hacerlo sola, cuando termine hablaremos civilizadamente.

Yolanda se dejó llevar por un impulso y se levantó. Se situó por detrás de su padre y con sus brazos abarcó su cuerpo, abrazándole.
-Te quiero, papi. Siento lo que está sucediendo y si pudiese dar marcha atrás lo haría.

-Lo se, hija.

La madre ya había depositado todo en el fregadero. Más tarde fregaría.
Madre e hija cruzaron sus miradas unos segundos. Los suficientes para que Yolanda sintiese su apoyo incondicional de siempre.

El padre tomó la palabra.
-Veamos, Yolanda. ¿Qué piensas hacer?

-Ir a casa de la abuela y allí tener al bebé. Quiero irme lo más rápidamente posible.

-¿Estás segura?

-Lo estoy.

-Pues no se hable más. A la tarde te llevaremos.

Su mujer lo miró sin decir palabra, sabía que su enfado con la madre de su marido tenía ya las horas contadas.
Autora Verónica O.M.
Continuará

JEREMY Y YOLANDA 52

Antes de hacer el equipaje...
Yolanda llamó a su amiga María para despedirse de ella.
Quedaron en verse en breve. Su amiga la visitaría en casa de su abuela en cuanto ella se instalase allí. Y lo haría en día festivo. Seguramente acompañada por su novio Israel.
Al rato ya lo tenía todo dispuesto.
La familia al completo marcharon a casa de la abuela. En cierta forma todos estaban algo nerviosos.
Casi todo el viaje lo hicieron en silencio.

Al aparcar el vehículo, una mujer mayor los observó desde una de las ventanas.
Salió al encuentro de ellos, cuando todavía su nuera permanecía dentro del coche. Al momento salió pero no de buena gana.

Yolanda se echó en brazos de su abuela, dándole muchos besos y achuchones. La mujer correspondió a aquella muestra de cariño, besándola en el pelo.


Madre e hijo se besaron también. Eva permanecía algo retirada de dónde ellos estaban.


Su suegra fue la que se acercó a ella.

-Me alegro de verte, hija. Siento...

-No digas nada, Pilar. Las dos lo sentimos. ¿Amigas de nuevo?


-Claro que si, hija. Cuanto he deseado que llegase este momento.


Se abrazaron, dando carpetazo a aquel tema que tanto las había mortificado.

Entraron todos para la casa. La mujer la tenía limpia y ordenada. Y un fino olor al ambientador de limón.


Ya se había solucionado aquel distanciamiento. Todo por una frase de Pilar dicha sin maldad y que Eva se la tomó a la tremenda.


Esto ocurrió la última vez que se vieron...

-Mi hijo ha tenido algunas novias. La que a mi me gustaba para él fue la primera. Una chica bien.


Eva enrojeció del bochorno y dijo que se marchaba. Al parecer su suegra no estaba contenta con la decisión del hijo.

Pero se equivocaba...
Si hubiese dejado acabar aquella frase, la mujer la habría concluido de esta forma.
-Me alegro de tenerte como nuera. Hija, tú eres la mejor de todas.
Autora Verónica O.M.
Continuará

lunes, 2 de agosto de 2021

Adolescencia capítulo n°49 y 50

 JEREMY Y YOLANDA 49


Yolanda esperaba a que fuese un poco más tarde para llamar a María. Tenía que decirle algunas cosas. Pero mientras pasaba un tiempo prudencial permanecía estirada encima de su cama.
Escuchó hablar a sus padres, ya se habían levantado. Ella no tenía intención de bajar a desayunar.
Escuchó unos pasos. Aquellos  se pararon en su puerta.

-¿Yolanda, puedo entrar? -Era su madre. 

Se lo pensó antes de contestar. No le quedaría más remedio que dejarla pasar.
-Pasa, todavía estoy en la cama.

La mujer entró bastante preocupada, pero intentó que no se le notase demasiado. -¿Estás bien, hija?

Ella no contestó. Pero la miró a los ojos.

La madre no quería agobiarla, así que no volvió a repetir aquella pregunta. -Anda, hija, baja a desayunar. Tu padre nos espera.

-¿Me recriminará?

-No lo hará, ya verás.

-Vayamos entonces.
Yolanda se levantó de la cama y su madre la abrazó. No dijo palabra, no hacía ninguna falta en aquellos momentos.

Bajaron. Allí estaba su padre con el semblante muy serio. Pero el  hombre no tenía ninguna intención de pelear.
-Ven aquí, hija. 

Yolanda se acercó y se fundieron en un hermoso abrazo. El padre la besó en el pelo.

-Papi, te quiero.

-Yo también a ti y más de lo que puedas imaginar.

Al rato se dispusieron a desayunar. Ninguno tenía demasiado apetito,  pero por aquello del saber estar desayunaron como si nada pasase.
Autora Verónica O.M.
Continuará

JEREMY Y YOLANDA 50


La noche anterior en casa de Jeremy...

-¡Nos tenemos que marchar! -Dijo el padre de Carla a su amigo.

-¿Como que os tenéis que marchar? Creí que os quedaríais más días.

-No es posible. Mañana nos vamos, mi hermana nos reclama. No es por nada grave, pero ha surgido un problemilla que debo solventar.

Carla lanzó una mirada extraña a su padre. El hombre se hizo el despistado. Y a ella le entraron  ganas de gritarle aunque se contuvo. Su padre jamás la perdonaría si lo dejaba en ridículo ante su amigo y familia. Por él se quedaría más tiempo, pero por ella no debía hacerlo.

Jeremy había escuchado la conversación pero nada dijo. Por fin tendría paz y sin aquella chica tan loca.
Estaba deseando que se marcharan y pensaba que ojalá nunca hubiesen venido. Aunque a su padre le hubiese hecho tan feliz reencontrarse con su amigo de la mili (servicio militar)
Pensó en Yolanda. Y en cuanto se marchasen quedaría con ella.
Al fin podría estar con la chica a la que tanto amaba.

Al día siguiente se marcharon. Pero el único que de verdad lo lamentó fue el padre al no haberse enterado de nada de lo que había sucedido. Así lo decidieron madre e hijo. 
Autora Verónica O.M.
Continuará

domingo, 1 de agosto de 2021

Adolescencia capítulo n.°47

 

Preciosa imagen de internet
cuento escrito por mi (novela)




JEREMY Y YOLANDA 47

-Ya está. He llamado a mi madre y hemos quedado para vernos en breve.

Su mujer permanecía muy seria. 
-No pienso ir a verla, después de lo que pasó la última vez.

-Ya está bien de que seas tan rencorosa, sin duda ella no dijo aquello para molestarte.

-Me lo tomé de la única forma en que me lo podía tomar.

-Ella fue imprudente, lo se. Pero lo que si te digo es que no se deben guardar las cosas eternamente. Ya es hora de que se arreglen y si tienes que hacer un pequeño esfuerzo, lo haces. Ella es mi madre y la quiero. Me gustaría que también la quisieras tú.
-Su voz sonó tajante, esperaba que ella dejase su orgullo a un lado e hiciese lo correcto.

Los ojos de su mujer brillaban mucho, estaba a punto de echarse a llorar, no quería hacerlo delante de él, así que se dirigió al lavabo y una vez echado el pestillo descargó su rabia e impotencia. Sabía que iría, pero si por ella fuese...
Permaneció un rato largo sentada en la taza del wc, se levantó y lavó la cara. No quería que quedase en ella  ni rastro de lágrimas.
Autora Verónica O.M.
Continuará

JEREMY Y YOLANDA 48   

Preciosa imagen de internet
Cuento escrito por mi (novela)
                                                          
Yolanda no pegó ojo en toda la noche. Se levantó muy temprano. Se duchó y al mirarse en el espejo del cuarto de baño se asustó al verse tan demacrada.
No hizo la tentativa de maquillarse ¿para qué? no estaba para esas cosas.
Miró la hora. Era muy temprano. Su amiga María estaría durmiendo, cuando pasase un rato la llamaría por teléfono.

Sus padres todavía dormían.

La noche anterior en casa de Jeremy...
El padre de Carla algo se estaba imaginando. Vigilaría a su hija. Por nada del mundo quería quedar mal con su amigo y familia por culpa de ella.
Cenaron y ayudaron a recoger la mesa. Carla al pasar con los vasos en la mano con el codo rozó el brazo de Jeremy.

Del salto que pegó, su madre y el padre de ella se dieron perfecta cuenta. Mientras tanto el padre de Jeremy estaba preparando unas copas.

En aquel momento Lucas ya había tomado una decisión. Se marcharían antes de que su hija metiese la pata hasta el fondo. Antes de irse a la cama les daría la noticia.
Autora Verónica O.M.
Continuará                                            

sábado, 24 de julio de 2021

Adolescencia capítulo n°46

 Capítulo n°46    
                     
De pronto,  Yolanda dejó de llorar y sorprendió a sus padres con lo que dijo. 
-Quiero ir a vivir con la abuela.
-Lo dijo en tono alto,  no lo hizo premeditadamente pero podría parecer como si quisiera imponer su voluntad,  pero quien la conociese de verdad se daría cuenta de que no era así. Le había nacido sin pensar.

-¿A vivir con la abuela? - preguntó la madre.

-¡Si, quiero irme con ella!

Al padre le cambió de repente el color de la cara y el gesto. Pero quedó en silencio, pero la procesión la llevaba por dentro.

-¿Y porqué si puede saberse? 
-Nuevamente preguntó la madre.

-Porque me quiere y seguro que ella me entiende. Además no quiero que me vean así algunos amigos, incluído Jeremy. No quiero nada con él.

Ahora el padre ya no pudo mantenerse callado y con gesto altivo espetó. -Eso ni te lo crees, Yolanda. Ahora mismo voy a hablar con él y con sus padres. Este no se va a ir de rositas.

-No irás porque yo no quiero, ni ya le quiero.
 -Y sin poderlo evitar, nuevamente se puso a llorar.

-Bueno, no nos exaltemos. Cuando estemos más calmados  buscaremos una solución. -Esta vez fue el padre quien lo sugirió.

Yolanda se levantó del sofá y marchó corriendo a su habitación. Se escuchó un gran portazo al cerrar la puerta.

-Déjala, mujer, que se vaya, seguro que mañana verá las cosas de otra forma. Además tú y yo tenemos que hablar.

-¿De qué?

-De mi madre. Hace mucho tiempo que no tenemos contacto,  tú eres cabezota y ella también, pero si partimos de la base que fuiste tú quien se enfadó  con ella...

-Pero con motivo.

-Con motivo o sin motivo, ya es hora de que hagáis las paces.  Además ahora mismo voy a llamarla por teléfono te guste o no.
-Y dicho y hecho, fue hacia el teléfono...
-Ring, ring, ring, ring. Sonó  unas cuantas veces.

Al otro lado del hilo telefónico habló una voz muy conocida. Y una punzadita sintió en el corazón.

-¿Quien es? -preguntó la mujer tímidamente.

-Soy yo, madre.

-Hijo, qué alegría me has dado, cuanto tiempo sin oír tu voz. Te hubiera llamado pero no  quería que tuvieras problemas con tu mujer.

-Madre, parecéis niñas, y ya sois bastante mayorcitas las dos.

-Y yo más por supuesto. Soy una pobre vieja que pronto va a estirar la pata.

-No digas tonterías. Te he llamado para hablarte de mi hija.

-¿Qué pasa con mi nieta? 
Preguntó alterada.

-No te asustes que ahora te cuento.

Estuvieron hablando como una media hora. Al despedirse quedaron en verse después de algún tiempo y sin tener apenas contacto.

En el fondo ambos estaban contentos y aquella situación los iba a unir de nuevo.
Autora Verónica O.M.
Continuará

                

viernes, 23 de julio de 2021

Adolescencia capítulo n°44 y 45

 

Bonita imagen de internet

JEREMY Y YOLANDA 44

Los padres la vieron entrar en el salón y ambos la miraron a la vez. La notaron pálida y ojerosa, quizás porque no llevaba ningún tipo de maquillaje en su tez. Eso es lo que pensaron, aunque nada dijeron al respecto.


-Debo hablar con vosotros. 
-Su tono de voz era muy flojito, como si le costase hablar. Y así era, ya que dentro de su garganta se le había formado como un nudo que le impedía casi tragar la saliva.

Ambos se sentaron en el sofá, y ella lo hizo enfrente y en un cómodo sillón, aunque su espalda la mantuvo rígida en todo momento, no dejando que ella descansase relajada. Los nervios los tenía tensos, al igual que sus pies y manos que no paraba de mover o balancear.

La conocían demasiado, para no darse cuenta que algo grave ocurría. Pero no se anticiparon para preguntar, la dejaron que fuese ella la que dijera lo que fuese tuviera que contarles.

-Se que os voy a dar un disgusto, pero no lo puedo evitar. -Su voz sonó entrecortada, como si contuviese unas ganas locas de llorar. Pero no lo hizo.

-Estoy embarazada. Os pido no me juzguéis demasiado severamente. Ya lo hago yo misma.

La madre se levantó del sofá  y se sentó en un brazo del sillón al lado de su hija, y tomó la palabra.

-¿Estás segura, hija?

-Lo estoy.

El padre se mantuvo sentado en el sofá, aunque su cara se había tornado muy seria. No hizo ademán de levantarse, si hubiese querido hacerlo seguro que sus piernas no le hubiesen sostenido por el impacto recibido.
Verónica O.M.
Continuará

JEREMY Y YOLANDA 45
   
El padre permaneció sentado,  pero era tanta la ansiedad que sentía por querer saber que se decidió a preguntar.
-¿Quién es el padre?

Yolanda, al escuchar la pregunta tan directa que le hacía su padre, sintió como una oleada de calor en su rostro a pesar de estar destemplada.
-Es Jeremy.

-¿Jeremy... el que pienso?

-Si, el mismo.

-Qué yo sepa,  no nos habías informado que salieras con él.

-Nos queremos desde  niños. -Afirmó, y lo hizo a punto de echarse a llorar.

La madre los observaba y escuchaba, hasta que volvió a hablar.
-No se acaba el mundo por eso, deberíamos pensar antes de tomar una decisión.

Yolanda la miró sorprendida.
-La decisión ya la tengo tomada, tendré a mi hijo.

-Eres una menor. -Dijo la madre, y lo hizo en un tono más fuerte del habitual.

-Digo como tu madre, Yolanda. Eres una cría todavía, no puedes hipotecar tu vida por un error.

-No lo es, no es un error.
Y allí ya se desmoronó su fortaleza y se echó a llorar desconsolada. Pero no lo hacía por su situación sino porque al parecer su amor ya no la quería.
Autora Verónica O.M.
Continuará