miércoles, 4 de agosto de 2021

Adolescencia capítulo n°53 y 54

 No hizo falta decir absolutamente nada. La abuela ya estaba enterada de lo que debía saber.

La velada la pasaron en armonía. 

Los padres se marcharon sobre las ocho de la tarde. No sin antes abrazar y aconsejar a su hija de lo que tenía o no que hacer dado su estado.
Yolanda quedaba al cuidado de la abuela. Ella no permitiría que nada le sucediese.

A mitad de semana...
Jeremy llamó por teléfono a María. Estaba preocupado por Yolanda. Hacía días no tenía noticias de ella.

María no sabía si informarle o no. Su amiga la mataría (es una forma de hablar) si ella era imprudente.

-María. Tú debes saber dónde está.

-No lo sé, Jeremy.

-Lo sabes. No intentes engañarme. A mi no... Por favor, María. Estoy desesperado.

-Lo siento, Jeremy. No puedo decirte nada. Me lo hizo prometer. 
A María no le pasó desapercibida su emoción. Al parecer lloraba.
A ella le sabía muy mal. Pero nada podía hacer para consolarlo.

-Iré a su casa. Sus padres me lo tendrán que decir. Así no puedo seguir.

-No lo hagas, Jeremy. No serás bien recibido.

-¿Porqué, María? Nunca les hice ningún mal.

-Está embarazada. Nunca me perdonará por decírtelo.

Antes de asimilar aquella noticia inesperada...

Quiero verla. Necesito verla. Dime o llévame junto a ella.

-El domingo, Israel y yo iremos a visitarla. Intentaré hablarle de ti.


Y así quedaron. Pero una idea le estaba rondando en su cabezita.
Autora Verónica O.M.
Continuará


JEREMY Y YOLANDA 54


A pesar de estar triste a Yolanda le vino muy bien aquel cambio. Su abuela la agasajaba continuamente y no la dejaba pensar demasiado. Contaba cosas maravillosas de cuando era joven. Podía estarse horas escuchándola sin aburrirse. 

La mujer estaba encantada con su compañía. Pero temía que su estancia allí no fuera  por largo tiempo.
Algo la avisaba. ¿O sería por la preocupación de que su pequeña marchase?

Yolanda permanecía en la cama. Era muy temprano y no quiso levantarse para no despertar a su abuela. Sabía que tenía el sueño muy ligero.
Miró hacia el techo. Todo su alrededor estaba enmarcado por una antigua y bellísima cornisa pintada de blanco.
Pensó que aquella era la causa de que la habitación pareciese tan bonita. También por los rayos del sol que se filtraban por las rendijas de la persiana.

Su pensamiento de repente tomó otro derrotero.

-Jeremy, mi amor, ya no me quieres y eso me hace muy desgraciada. 

Y en otro lugar y habitación. El chico por ella suspiraba.
Pensó muchas veces en lo que le había contado María. ¿Yolanda embarazada? ¿Iba él a ser padre? ¿Porqué ella no se lo dijo? ¿Porqué se marchó? ?A dónde se fue? ¿Sus padres qué pensarían de él? ¿De ella? 
Autora Verónica O.M.
Continuará

4 comentarios:

  1. Cada uno por su lado y sin saber nada de lo que realmente ocurre, pensando el uno en el otro y con muchas preguntas sin responder. Sigue la intriga de qué pasará.
    Abrazos.

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    Respuestas
    1. Si, así es...
      Las preguntas pronto tendrán sus respuestas y el amor lo puede todo.
      Gracias.
      Abrazos, qué pases un buen día 😀

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  2. Las cosas tendrán que arreglarse, y esclarecerse los malentendidos. Un abrazo. Carlos

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La letras, tienen el poder de llevarte a ese mundo dónde todo es posible, deseo te gusten las mias...