Manolo, ya roncaba y no es que hiciese excesivo ruido, pero si el suficiente para alterar el silencio de la habitación.
Le dieron ganas de zarandearlo, pero no se atrevió y esperó... hasta que no pudo más y se levantó de la cama.
Le dejaría dormir y fué a la cocina a tomarse un vaso de leche tibia y sin azúcar.
Volvió al salón y puso la tele. Se acomodó en el sofá con varios cojínes multicolor. Bajó el volumen y tampoco es que le importase mucho el no enterarse de nada.
Se le cerraban los ojos de sueño y decidió que ya estaba bien de perder el tiempo.
Manolo descansaba de lado y había dejado de roncar.
—Qué bien. Intentaré dormir.
Sonó el despertador y Manolo se levantó. La vio tan dormida que no quiso despertarla. Antes de salir de la habitación la observó y una media sonrisa se le dibujo en el rostro. Pensó que cada día que pasaba la veía más bonita.
Y no, no se equivocaba.
Porque Clara se cuidaba.
Al escuchar la puerta cerrarse se despertó y encontró una nota en la mesilla de noche y la leyó.
La nota:
Ay, Clarita, me tienes loco de amor ❤️❤️❤️
Y se levantó con la sonrisa puesta.
Verónica O.M.
Continuará