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Preciosa imagen de internet |
Había pasado mucho tiempo de la muerte de su hija y yerno, en un accidente automovilístico, su nieto Israel aquel día se había quedado en casa de ella, su abuela materna.
Cuando la avisaron del accidente, el mundo cayó a sus pies, pero sacó fuerzas de dónde no las tenía, y tragándose su dolor y lágrimas, optó por hacerle a su nieto, la vida lo más maravillosa posible.
El niño, hacía unos días había cumplido siete años, al principio lloraba mucho, sobre todo por las noches, pero poco a poco se fue habituando a no ver a sus padres, su abuela era todo lo que tenía.
Y fue haciéndose más mayor, y cumplió quince años.
Un día salió con un amigo a dar una vuelta en su ciclomotor, se sentó detrás de él, con tan mala suerte que cayó para atrás y se desnucó. Su amigo acababa de hacer el caballito.
Israel al momento había salido de su cuerpo, parecía que flotaba.... se vio tendido en el suelo, en un gran charco de sangre.
-¿Y aquel monstruo que iba a hacer?
Lo arrastró y tiró por el barranco, abajo había muchísima maleza, y se quedó oculto en ella.
El otro salió de allí a escape...
Se sintió triste unos instantes, aquello nunca lo hubiera siquiera imaginado de el.
Al momento vio una luz muy brillante, le cegaba los ojos, y como si se tratara de un imán fue atraido hacia ella.
-Dónde estoy? preguntó a alguien vestido de blanco. Era un anciano muy alto, la expresión de sus ojos era de infinita bondad.
-Se te acabó tu tiempo, hermano.
-¡Pero yo no me puedo marchar! Mi abuela me necesita, es mayor y solo me tiene a mi. ¡No quiero abandonarla!
-Pues vuelve, tu abuela no notará nada, haz como si nada hubiese pasado. Ella no tiene porqué enterarse, dónde te tiraron hay muy difícil acceso, quizás nunca lleguen a encontrarte.
Y se marchó de allí, un lugar muy luminoso dónde se sentía una paz increible. Pero su sitio estaba con su queridísima abuela.
No miró hacia atrás al marchar de allí, ni lo hizo con pena, fue hacia dónde debía estar y necesitaban
-Ya has llegado hijo?
-Si abuela...... se acercó hacia la mujer y besó en su pelo blanco, olía tan bien...
La mujer jamás se dio cuenta de nada, el hacía ver que salía para estudiar, y a ojos de ella todo continuaba igual.
Un día se echó en la cama, se notaba muy cansada. Descansaría y después se levantaría, para preparar la cena.
-¿Abuela estás bien?
-¡Si hijo! voy a echarme una hora, estoy muy cansada.
Israel estuvo pendiente de ella, la mujer al rato dejó de respirar, murió durmiendo. Se acercó hacia ella y la acarició.
Al momento ella sintió que salía de su cuerpo, allí estaba su nieto con ella.
-¿Pero hijo, tu no deberías estar aquí?
-Me fui antes que tú abuela. Volví para estar contigo.
-¿Pero como fue, hijo?
-Caminemos y te explicaré. Abuela nos vamos, nuestro paso por aquí se ha terminado.
Y cogidos de la mano, fueron hacia la luz
Verónica