NO QUIERO IRME TODAVÍA CUENTO CAPÍTULO 8

                                                                       

La vieja entró en la consulta, el médico detrás de ella cerró la puerta, se sentó enfrente disimulando lo  mejor que sabía hacer, y carraspeando un poco preguntó.

Qué le pasa Isabel?

A la mujer casi se le había olvidado, a lo que había venido.
Y con su idea fija en la cabeza sonrió al médico, y el a su vez se empezó a impacientar, ante aquella sonrisa tan fuera de lugar.
-Se encuentra usted mal, Isabel?

-¡Si!
Dijo levantando demasiado la voz.

-¿Que le duele?

-¡El pecho! pegó un tirón de la mano del médico, y la llevó dónde supuestamente nacía aquel dolor.

Jorge estaba deseando, que acabase su jornada de aquel día.
-¿Le duele aquí?

-¡Si, y aquí también!
La mujer ya sin vergüenza alguna, señaló hacia donde l@s mal pensad@s suponen jajaja.

-¿Qué pretende Isabel?

-¡Está muy claro doctor! quiero que me haga el amor, como a la que ha huido por el pasillo, que un poco mayor si que soy pero no tonta.

-¿Ya sabe usted lo que me está pidiendo?

-¡Pues claro doctor! le repito que quiero que me haga el amor, me parece que me entiende a la perfección.

-¿Y sino quiero?

-¡Me voy de la lengua! así que usted verá, creo que tiene más que perder que ganar.

El médico ante aquello, no le quedó más remedio que aceptar, aunque antes arrimó una silla a la puerta, no fuera a ser que alguien los sorprendiera ¡jajaja!

Mientras tanto Maite bastante cabreada, iba camino de su casa, a su lado como siempre su difunto marido, bueno mejor dicho su espíritu, que la acompañaría por muchísimo tiempo.
Verónica
Continuará