Haciendo el famoso
salto del tigre,
dejó sus dientes
clavados en el trasero
de su actual compañera.
La mujer, ni por
activa ni por pasiva
quiso ponerse boca arriba,
¡válgame Dios!
Y tuvo que llevarla
a curar a urgencias.
No quiere ni pensar,
lo que hubiese sucedido
de estar con el ombligo
mirándole a él.
Verónica O.M.
Hala, ahora que lo explique en urgencias...
ResponderEliminarSaludos.
jajajajajajaaja,abrazo.
ResponderEliminarjajajajajaja que momentazo.
ResponderEliminar:D :D :D :D
Está claro que tiene que ensayar antes !!
ResponderEliminarVero muy buena poesía, un gusto pasar a leerte y además una carcajada gratis ¡qué tigre!
EliminarQué horror, primero pensé que había dejado la prótesis en el trasero. Luego que era un tigre y al final quedo intrigada. Qué bárbaro.
ResponderEliminarQue alegre leerte.
Qué vainas las de los maromeros, saltibanquis del sexo. Un abrazo. Carlos
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