-¡Hola Yolanda! -Dijo el muchacho algo nervioso.
-¡Hola! ¿donde vas?
-Iba a casa de Israel. ¿Y tú?
-A casa.
-¿Tienes un momento?
-Claro. ¿Qué quieres? -Preguntó ella muy nerviosa aunque lo disimulaba mucho mejor que él.
-Yolanda, me gustaría que habláramos de lo de ayer. ¿Podemos vernos en algún sitio?
Ella sintió como una oleada de calor en el rostro. -¿Dónde?
-Podríamos ir al rio. ¿Qué dices?
-¿ Y cuando quieres que vayamos?
-Pronto. ¿Qué te parece si nos vemos dentro de un rato?
-Está bien. Aunque no sé que le voy a decir a mi madre.
-Dile que vas a ir a casa de María.
La jovencita no acostumbraba a decir mentiras, aunque en esta ocasión lo haría. -Entonces espérame en la entrada del camino.
-¡Te quiero Yolanda! - dijo impetuosamente.
-Yo también te quiero y mas que a mi propia vida.
-No tardes.
La jovencita se marchó. Notaba como su corazón palpitaba muy deprisa.
Jeremy la miró marchar. Y sintió como aquella bonita chica era lo más importante para él.
Y marchó caminando despacio y pensativo.
Autora Verónica O.M.
Continuará
Que interesante capitulo que me deja pensando que pasara en el rio. Saludos amiga.
ResponderEliminarDos adolescentes que se quieren, la inexperiencia... Ahí lo dejo, je,je.
EliminarSaludos amiga, buen día 🌞
Hola Verónica.. Esperemos que da de sí ese encuentro en el río..
ResponderEliminarUn abrazo.
El río, la juventud inexperta y...
EliminarPiensa, je,je, a la noche más.
Un abrazo, buen día 🌞
Las confesiones de amor, y la cita. Un abrazop. carlos
ResponderEliminarSi, al parecer la cosa es seria.
EliminarUn abrazo 😄