Al acercarse a la puerta Vidal gritó. - Rodolfo, ábrame.
En esos momentos, el mencionado andaba canturreando y al escuchar a su amigo dejó de hacerlo y se dijo. - ¿Qué querrá? - a la par que abría la puerta.
-Entre, ¿qué quiere a estas horas?
-Tengo que decirle algunas cosas. - Dijo en tono serio.
-Miedo me da tanta solemnidad...
Entró para dentro y se sentó en una silla de gran estilo y bien cómoda.
Rodolfo se sentó enfrente y le preguntó. - ¿Vos me dirá?
Carraspeó antes de hablar. - Ya sabe que me estrené "en aquel lugar" - se quedó un rato callado no atreviéndose a continuar.
-¡Rediez! continúe que me está impacientando.
-Como le decía... me estrené con Adelita.
-¿Qué tiene que ver ella en esta conversación?
-De ella estoy enamorado.
-¡El cielo lo coja confesado! Vos, mi amigo, con una mujer mala. Y si no recuerdo mal... es pequeñita y bien gorda. Pequeñita por decir algo, parece más una enana, su trasero es enorme y sus piernas más gruesas que los jamones que venden por el pueblo.
-Pues la quiero, no me importa lo que vos piense. Me amancebaré con ella en cuánto pueda.
-¡Pues despídase de familia y fortuna! Su remilgada familia no le dejarán hacerlo, y si por su tontura se atreviera no le dejarán nada de lo que vos pensaba ser dueño.
-Me da igual, la quiero y es lo único que me importa. Y si encontrase una mala cara o algún obsceno gesto para con ella, nos iremos a vivir a otra parte. El mundo es muy grande y las mentes muy estrechas...
-¡Piénselo, amigo, en el pueblo hay otras que estarían encantadas y que no se venden por unas cuántas monedas.
-Me marcho, vos no me comprende.
-Este tipo de hembras no sirven para formar una familia, ni se adaptan a la vida hogareña.
-Me marcho.
-Mejor haría, olvidándola.
-Ni hablar. No me importa lo que vos piense, ni mi familia, tampoco. Le consideraba "mi amigo" ahora me doy cuenta de que eran figuraciones mías.
-Soy su amigo... aunque no le guste lo que le digo.
-Adiós. No creo querer volver por aquí otra vez.
-Haga lo que desee. Está ofuscado con ese supuesto amor y que le tiene el seso absorbido.
Autora Verónica O.M.
Continuará
En esos momentos, el mencionado andaba canturreando y al escuchar a su amigo dejó de hacerlo y se dijo. - ¿Qué querrá? - a la par que abría la puerta.
-Entre, ¿qué quiere a estas horas?
-Tengo que decirle algunas cosas. - Dijo en tono serio.
-Miedo me da tanta solemnidad...
Entró para dentro y se sentó en una silla de gran estilo y bien cómoda.
Rodolfo se sentó enfrente y le preguntó. - ¿Vos me dirá?
Carraspeó antes de hablar. - Ya sabe que me estrené "en aquel lugar" - se quedó un rato callado no atreviéndose a continuar.
-¡Rediez! continúe que me está impacientando.
-Como le decía... me estrené con Adelita.
-¿Qué tiene que ver ella en esta conversación?
-De ella estoy enamorado.
-¡El cielo lo coja confesado! Vos, mi amigo, con una mujer mala. Y si no recuerdo mal... es pequeñita y bien gorda. Pequeñita por decir algo, parece más una enana, su trasero es enorme y sus piernas más gruesas que los jamones que venden por el pueblo.
-Pues la quiero, no me importa lo que vos piense. Me amancebaré con ella en cuánto pueda.
-¡Pues despídase de familia y fortuna! Su remilgada familia no le dejarán hacerlo, y si por su tontura se atreviera no le dejarán nada de lo que vos pensaba ser dueño.
-Me da igual, la quiero y es lo único que me importa. Y si encontrase una mala cara o algún obsceno gesto para con ella, nos iremos a vivir a otra parte. El mundo es muy grande y las mentes muy estrechas...
-¡Piénselo, amigo, en el pueblo hay otras que estarían encantadas y que no se venden por unas cuántas monedas.
-Me marcho, vos no me comprende.
-Este tipo de hembras no sirven para formar una familia, ni se adaptan a la vida hogareña.
-Me marcho.
-Mejor haría, olvidándola.
-Ni hablar. No me importa lo que vos piense, ni mi familia, tampoco. Le consideraba "mi amigo" ahora me doy cuenta de que eran figuraciones mías.
-Soy su amigo... aunque no le guste lo que le digo.
-Adiós. No creo querer volver por aquí otra vez.
-Haga lo que desee. Está ofuscado con ese supuesto amor y que le tiene el seso absorbido.
Autora Verónica O.M.
Continuará
Hola Verónica.. Pobre Vidal, es un incomprendido, pero ya se sabe "contigo, pan y cebolla"..jeje.
ResponderEliminarUn abrazo..
Nada lo hara cambiar en su decisión. Está perdido por Adelita. Jaja.
ResponderEliminarBesos.
Pobre Vidal, no le comprenden, pero el amor llego, espero continuación, a lo mejor el amor se va, saludos amiga
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