A la pobre Adelita por poco le da un síncope al ver el interior de la vivienda. Había muchísimo desorden, el suelo no había visto una escoba desde no se sabía cuánto. El polvo acumulado, era tanto que se podía coger con las manos, las oscuras pelusas revolotean por todas partes con la corriente de tener la puerta abierta.
Pero aquello tan solo era el principio de lo que le quedaba todavía por ver.
Ella se sentó en una silla para tomar aliento. Necesitaba algún líquido para mitigar los efectos causados por los nervios.
-¡Tengo sed! - notaba la lengua zapatosa.
Vidal le trajo agua, ella miró con recelo continente y contenido y de no ser por la necesidad la hubiese vertido encima de aquel que se la había servido.
Hizo de tripas corazón y se la bebió de un tirón y después pensó que aquella vasija no estaba del todo limpia y le entró fatiga.
-¡Parece que no le ha gustado mucho dónde vivo.
-No se equivoque, Vidal, lo que no me ha gustado es la suciedad y el desorden.
-¡Soy un caballero y vivo solo! ¿Qué quiere, Adelita? no sirvo para hacer las tareas que hacen las hembras. Si me vieran mis familiares y amigos, me tacharian de poco macho y eso sería lo último que querría.
Una vez pasado el primer susto...
Ya estaba preparada para seguir descubriendo, otros de este u otro tipo.
-¡Sigamos que ya me he rehecho! enséñeme de cabo a rabo dónde con vos voy a vivir.
Y dicho y hecho. Primero la planta baja y después la de encima. Y saben, la última estaba incluso peor...
Autora Verónica O.M.
Continuará
Pero aquello tan solo era el principio de lo que le quedaba todavía por ver.
Ella se sentó en una silla para tomar aliento. Necesitaba algún líquido para mitigar los efectos causados por los nervios.
-¡Tengo sed! - notaba la lengua zapatosa.
Vidal le trajo agua, ella miró con recelo continente y contenido y de no ser por la necesidad la hubiese vertido encima de aquel que se la había servido.
Hizo de tripas corazón y se la bebió de un tirón y después pensó que aquella vasija no estaba del todo limpia y le entró fatiga.
-¡Parece que no le ha gustado mucho dónde vivo.
-No se equivoque, Vidal, lo que no me ha gustado es la suciedad y el desorden.
-¡Soy un caballero y vivo solo! ¿Qué quiere, Adelita? no sirvo para hacer las tareas que hacen las hembras. Si me vieran mis familiares y amigos, me tacharian de poco macho y eso sería lo último que querría.
Una vez pasado el primer susto...
Ya estaba preparada para seguir descubriendo, otros de este u otro tipo.
-¡Sigamos que ya me he rehecho! enséñeme de cabo a rabo dónde con vos voy a vivir.
Y dicho y hecho. Primero la planta baja y después la de encima. Y saben, la última estaba incluso peor...
Autora Verónica O.M.
Continuará
Menudo pájaro Vidal, aparte de patán, indeciso... encima marrano, viviendo como los cerdos. Igual sale Adelita corriendo de esa casa.
ResponderEliminarUn abrazo Vero.
Un personaje adecuado para esta comedia, ja,ja.
EliminarAunque tiene algunas cosas buenas cómo iremos descubriendo.
Un abrazo
Mare mía. Si el Vidal hiciera limpieza seguido, quizá hasta la calentura esa se le bajaba. Jajaja.
ResponderEliminarBesos.
Pero ya has visto que esas cosas no van con él, ja,ja.
EliminarBesos
Ya sabe Adelita lo que le espera si se queda con Vidal. Saludos amiga.
ResponderEliminarAhora se empieza a dar cuenta, pero ella lo encarrilará, ya verás...
EliminarSaludos amiga