jueves, 19 de diciembre de 2019

COMEDIA DIVERTIDA CAPÍTULO N °22

Y poco más o menos así pasó la semana. Hasta que llegó el día que vino de nuevo la gitana Encarna. Al llegar, pegó tal grito que Rodolfo se asustó al escuchar semejante alarido. Se notaba que por las noches hacía gárgaras. ¿De qué? probablemente de limón.

Ya voy, ya voy Encarna.
-El joven abrió la puerta y salió al exterior. La gitana nunca entraba en las viviendas de sus clientes, prefería quedarse fuera.

-¿Qué va a ser, hoy?

-La verdad es que no lo sé, si le digo la verdad. El otro día me quedé dormido , eso fue muy raro, yo quería mantenerme despierto pero fue imposible. Ella se enfadó conmigo, ¿ya me dirá qué me pudo pasar? ¿o es que esa poción ya no surte el mismo efecto?

La mujer ya se había hecho un juicio de valor, aunque no podía decir nada, su clienta, Amada tendría mucha culpa de ello, ya se encargaría más tarde de saber qué es lo que allí había sucedido.

-¿Qué va a ser hoy? -volvió a preguntar impaciente.

-Si me dice que no me pasará más, una cuantas latas de lo  mismo, aunque ayer no tomé nada y quedé como un caballero.
Aunque mejor quedaré si me tomo algo, ya que de esa manera voy sobre seguro, aunque lo del otro día no se me ha olvidado todavía pero espero que a ella si, ya que lo de anoche fue digno de inmortalizar.

-Si me lo permite, a simple vista, Amada no parece ser como vos dice, si parece muy poquita cosa.

-Eso es porque no la conoce, en el cuarto es como una leona y si uno se descuida sale con lametones y mordiscos.

-¿Y quiere decir que a vos interesa una mujer tan depradadora?

-¡Pues claro que si! me calienta tanto que no necesito ni manta en invierno, me hace sudar a mares, aunque cuando salgo a la intemperie, algún resfriadillo engancho, pero espero pronto con ella poderme amancebar, así no tendré que visitarla a escondidas, podré cenar con ella al lado de un buen brasero.

-Pero tendrá vos, un suegro.

-Me da igual, pienso que ya es muy viejo y no creo que dure demasiado.

-Creo que tiene unos sesenta. -dijo la mujer.

-Esos son demasiados, como mucho que dure uno, dos o tres. Después ya podremos... porque viejos no quiero aguantar.

La gitana le entregó unas pequeñas latas y que Rodolfo tuvo que dejar en el poyete de la ventana. Le entregó cinco preciosas monedas de plata, la gitana al verlas se le iluminó la cara. Le vendió agua del rio, ya que no se atrevía a venderle otra cosa. Con lo que Amada le suministraba ya tenía suficiente, no quería llevar en su conciencia que un día se quedase tieso. ¿Tieso? quise decir muerto.

-Ya me tengo que narchar, otro día le traeré más. Adios joven.

-Adios, Encarna. -Entró y se dirigió a la cocina dispuesto a guardar aquello.
Autora Verónica O.M.

6 comentarios:

  1. Buen capitulo. Pobre Rodolfo, se me hace que un dia se quedara tieso, pero bueno, esperare a ver que pasa. Saludos amiga.

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    1. Ja, ja, Encarna vela por él, ya has leído que le vendió agua del rio.
      Saludos amiga🌲

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  2. Perfecto. Agua de río para no darse una sobredosis.
    Un beso.

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  3. Muchas gracias por el paso por mi blog y como siempre dejar tu huella en el
    te lo agradezco mucho
    Te deseo felices fiestas
    cuidate mucho
    Besos

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    1. Gracias ANNA, igualmente para ti, felices fiestas.
      Besos 🥀🌲

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La letras, tienen el poder de llevarte a ese mundo dónde todo es posible, deseo te gusten las mias...