martes, 3 de diciembre de 2019

COMEDIA DIVERTIDA CAPÍTULO N 8

El padre cerró la puerta del cuarto, se desnudó rápidamente y se metió en la cama dispuesto a echar un sueño.
-¿Este cansancio será por la edad? -
Y se dispuso a dormir cómo un bendito.

-Rodolfo, ya puede salir. Mi padre ya se ha encerrado en su cuarto y seguro que ya está roncando. Es de fácil dormir, por suerte para mi.

-Vidal, salgamos. Que me tienen que dar una explicación. Me temo que se entienden a mis espaldas.

-¡Oh, no, mi amor! -dijo Amada. -Quizás pueda parecer lo que no es, vino a decirme que hoy vos no vendría.

-¿Explíqueme, qué hacía debajo de la cama? eso es bien extraño. Si vino a decirle... No comprendo que esté en su cuarto  y menos ahí metido. - Señaló con un dedo inclinado para abajo. 

-Le invité a una limonada y a charlar hasta la madrugada. ¿Qué mal hay en ello?

-¿Es que me quiere encelar, Amada?

-¡Para nada! Vidal es tan amigo suyo como mio, no creo que esté haciendo mal en nada. Vos ya sabe, que de ideas soy muy avanzada, y si no le parece bien, dejaremos de vernos y querernos. ¡Rediez! ya está bien de tanta mojigatería, que parece vivir en la prehistoria. Las mujeres también debemos de avanzar.


-Está bien, haré como si nada hubiese pasado, aunque aquí  adentro pueda quedarme la duda, de que los dos...


-Si sigue así, espero que se vaya y no vuelva, o cree lo que le digo o aquí acaba nuestro idilio. Así que quiero una respuesta ahora mismo.


Rodolfo le miró la cara y le pareció que ella hablaba muy en serio, la mencionada sensación se la guardó para él, no quería perder a aquella mujercita. Pero quien no iba a librarse era su amigo y lo haría nada más salir de allí.


-Está bien, Amada. Creo en su palabra, espero volver a verla mañana. 


-Hasta mañana, amorcito, 

-¿Y vos, Vidal, no pudo esconderse en otra parte? 
-Amada, le recriminó.

-No se me ocurrió otro sitio, lo siento. -Dijo muy avergonzado. 


-¡Nos vamos! -dijo Rodolfo. Cierre el balcón que entra frío, no vaya a resfriarse, que mañana la quiero sana cómo una pera, para ya sabe...


Los amigos bajaron la escalera muy despacito, al pasar por la puerta del cuarto del padre se escuchaban unos fuertes ronquidos.


-¡Que tío! este no se entera de nada. -Dijo Vidal muy flojito.


Pero cuando salieron a la calle. 


-¡Mal amigo! ¿qué hacía debajo de la cama?


-Amada ya se lo ha dicho. No hice nada malo, muy al contrario, quise a vos hacerle un favor ¿y así me lo paga?


-Dejemos este tema, porque lo quiero olvidar, pero que sea la última vez que lo encuentro en su cuarto. Ahí solamente subo yo, que soy su amor. Perdóneme Vidal, pero estoy enamorado hasta las trancas de ella. Vos manténgase a raya, si quiere que continuemos con nuestra amistad.


-¿Amigos otra vez? 

-preguntó Vidal.

-Amigos. -Dijo un poco dudativo, aunque en el fondo sabía que su amigo era incapaz de una mala acción.


-Aquí nos despedimos, vos se va por una parte, y yo por la otra, ya se me ha pasado este enfado y el anterior, así que puede volver a visitarme cuándo le plazca.


Se abrazaron, y dieron un buen apretón de manos.


-¡Hasta pronto, Vidal!


-¡Hasta pronto, Rodolfo!


Y echaron a andar en direcciones opuestas. 

Autora Verónica O.M.
Continuará

4 comentarios:

  1. Que lista esta bella Amada, buen capitulo amiga, espero la continuación. Saludos.

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  2. Resultó muy hábil para salir airosa de la situación. Y quedaron en santa paz, los caballeros.
    Besos.

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La letras, tienen el poder de llevarte a ese mundo dónde todo es posible, deseo te gusten las mias...