Al rato, llegó la gitana con un gran atillo cargado a su espalda.
Se hizo notar con un gran grito.
Los amigos salieron al momento.
-Señora gitana la estábamos esperando. -Dijo Vidal. Aquella dirección el mismo se la había dado.
-¡Aquí estoy dispuesta a vender de todo! -¿Cómo le fue aquello? -Preguntó a Rodolfo.
-Muy bien, aunque me parece bastante fuerte. Estoy siempre enrampado.
-Diciéndolo dirigió la vista hacia abajo, ya sabéis...
-Diciéndolo dirigió la vista hacia abajo, ya sabéis...
-No es muy normal. Lo entiesa un rato, pero normalmente se baja pasadas una o dos horas. ¿Cuánto se toma?
-Me tomé la mitad del preparado.
La gitana desconfió. Y mentalmente se dijo, que parecía que se tomara doble dosis. -¿Puedo saber quien es ella?
-Señora gitana, esas cosas no se preguntan.
-Si lo pregunto es por algo, yo ya me entiendo.
-Se llama, Amada.
-Pensó -¡Ay señor! -De haberlo sabido, le hubiese vendido agua del rio, entre lo que él había tomado y lo que Amada por su cuenta le había metido, no entendía cómo no había reventado. A pesar de ello le vendió otros tres, y quedaron para la próxima semana.
-¿Y vos, no se decide a comprarme algo? -La pregunta ahora iba dirigida a Vidal.
-Cuando necesite ya la avisaré señora gitana, de momento no tengo doncella que me atosigue en esos menesteres.
La mujer se despidió muy contenta, y se metió las monedas de plata en los bolsillos con las cuales había sido pagada. -¡Ay que majas, brillan como recién abrillantadas!
Encarna ahora se dirigía al domicilio de Amada, una clienta muy buena y que debía cuidar para no perderla. -¡Hoy si que voy a hacer negocio!
Autora Verónica O.M.
Continuará
Pero que sorpresa, esta tomando doble poción el Rodolfo ese, haber que pasa porque no me parece bueno eso, claro que para Amada si lo es, siempre quiere mas y mas. Saludos amiga.
ResponderEliminarY el pobre sin saberlo, ja, ja. Saludos 🌺
EliminarHola Verónica.. Aquí hay mucho juego subterráneo. Veremos como acaba pero esto esta muy caliente..
ResponderEliminarUn abrazo..